lunes, 21 de octubre de 2013

Aveces y luego...

A veces nos quedamos
a mirar la estampa
perdida de la silueta.
A veces configuramos recuerdos
con retazos de pensamientos.
A veces nos transformamos en cometas
y alcanzamos las nubes por un rato.
Luego, empeoramos,
ponemos los pies en la tierra,
buscando en los suspiros
sentirnos humanos.





Lo deseaba,
deseaba esos labios
pero sus ojos miran
el vacío de mi silueta.
No hay primaveras
en sus pensamientos,
solo tacto.

Yo quería su beso,
el quería algún pacto,
confundirse en mi piel.
Yo quería sus sueños,
él  me quería de a ratos.

Tuve sus besos,
él tuvo su pacto.
Mil inviernos han pasado,
Yo aún recuerdo esos labios,
él, quizá, recuerde mi llanto.

Ya no deseo besos,
Ya no me apetece pactos.
Ya no lloro el adiós,
ahora  sonrío y amo.



Aún lo veo
en otros floristas,
pero ellos no tienen
sus labios.

Aprendí de él,
a cosechar cuerpos,
también, aprendí de él
que soy más que piel.

Aunque inerte
me encuentre
detrás del pasado,
viviré mi vida
buscando al florista.


Yvonne

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