domingo, 20 de octubre de 2013

La palabra
 
Estoy entre ese espacio
en que se pierden
los crepúsculos que soñé,
y  todo se transforma
en cataratas negras
que me arrancan el alma,
sin dejar huellas de lo que fui.
Estoy entre infinidades
de “no quiero”,
por ser algo ínfimo
de lo que quise ser
y no pude más.
Estoy entre un “me voy”
y un, “no tengo ganas de estar”.
No soy nada.
Me fui hace tiempo entre sus ojos.
Ahora, solo vivo cuando él me recuerda.


A veces, me gusta pensar
en los hombres como nubes,
cada cual con su forma, su espacio,
la luz del sol que los atraviesa
de diferente manera.
Sus movimientos cambiantes.
Pero el viento llega
y solos, se van
a recorrer otros cielos.
Y vendrán nuevas nubes
y buscaré formas.
Todo me sirve para escribir.
Todo, hasta lo que no existe y lo invento.
Siempre gano, hasta cuando pierdo.


La palabra, como gota de sangre,
se escabulle, lo cambia todo en coágulos
que se desparraman por las venas,
con  ninguna coma 
en los pensamientos, sin detenerse.
Ahora, te bloquea un instante,
te incita, te hace humano,
hasta que la corriente, de nuevo,
se convierte en agua.
Sudas la palabra, la lloras, la escupes,
la mudas en orgasmo virtuoso,
la muerdes y otra vez, se hace catarata.
La palabra, no es más que piel escrita
que se vuelve nada. Nada…

Yvonne

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